31 de diciembre de 2012











A ISAAC ANDRÉ                                                                                                                                                                              
Atrás quedaron tus sueños,
muy lejos quedó la ilusión,
volaron sin que te dieras cuenta
rumbo a la confusión,
los seres que más te aman
te partieron el corazón.

¿Dónde están tus pensamientos,
cuando absorto, en silencio
no percatas de mi presencia?
hasta contemplar tu mirada perdida
que refleja la inocencia.

Nunca pierdas la fe y alegría,
para que dibuje siempre en tu rostro
la locuaz y natural simpatía,
que regalas con singular gozo.

Quiero que sepas, hijo amado

que siempre estaré a tu lado,
aún cuando tangible
en mi mortal corpóreo ser,
entonces, ya no sea posible.

Le pediré al omnipotente,
me permita remontar el infinito
para compartir tu presente,
y que forjes tu voluntad cual granito;
así, alentaría tus sueños
y fantasías de niño bueno.

SERNUMAR   
02/04/2009